Hoy os traigo un caballo blanco.
Tanto los colores blancos como negros en animales son los más difíciles de conseguir a la hora de pintar una piedra.
Primero debemos encontrar la piedra adecuada para ello, no valen todas las piedras debe ser una alargada y con suficiente espacio para dibujar tanto el cuello como las patas, el caballo es un animal con unas patas considerables.
Cuando ya lo tenemos deberemos lavar la piedra con agua y jabón para quitar los restos de tierra o liquen que pudiera tener y así la pintura se adhiere mucho mejor.
Se deja secar 24 h, según el lugar donde estemos ubicados, no es lo mismo, en la zona tropical que el desierto, jajaja
Después realizamos un esbozo en la piedra y en este caso la pinté toda de blanco, pues por experiencia propia si pintas un fondo gris y luego pones el blanco no se ve blanco del todo, sino que debo pintar una nueva capa de blanco, a veces eran más de una, para que quede blanco.
Suelo empezar a pintar por la cara, me gusta poder ponerle los ojos, para mí, son el alma de la fiesta, si te salen bien los ojos, si haces que las piedras parezcan vivas con la mirada, ya tienes ganado casi todo el trabajo.
Luego es cuestión de darle un toque por aquí y un toque por allá de diferentes tonos de gris, para que dé la sensación de te tensión que adquieren los músculos de este bello animal.
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Gracias por tus bonitas palabras